La Teoría de Juegos, que consiste en estudiar las
estrategias más beneficiosas en campos como la economía, el comercio, la
política medioambiental o el terreno militar. Para el comportamiento humano, la
Teoría de Juegos propone un caso muy representativo, el llamado dilema del
preso, un juego cuyas reglas son las que siguen:
Dos individuos han sido detenidos por cometer un
delito, y son interrogados por separado. Cada uno de ellos tiene dos opciones:
declararse culpable o inocente. Entonces la combinación de las declaraciones de
los dos detenidos puede ser de tres formas:
1. Si ambos niegan haber cometido el delito será muy difícil
que se demuestre su culpabilidad, y por tanto es fácil que salgan libres o
sufran una pena mínima.
2. Si los dos reconocen su culpa, recibirán la compensación
por su arrepentimiento y cumplirán una pena corta, aunque mayor que la
anterior.
3. Sin embargo, si uno se declara inocente y el otro
confiesa, la pena para el primero será mucho mayor que para el segundo.
Parece claro que lo mejor en este caso es desertar, sin
embargo, podemos imaginarnos que ambos jugadores pasan por una serie de
partidas consecutivas, de forma que cada uno sabe lo que ha hecho el otro en
las anteriores y basa su comportamiento en ello. Además a cada uno de los
resultados posibles se le asigna una puntuación que se va acumulando. Estas
puntuaciones podrían ser:
Si ambos cooperan cada uno recibe 3 puntos.
Si ambos desertan cada uno recibe 1 punto.
Si uno deserta y el otro coopera, el primero se lleva 5
puntos y el segundo ninguno.
La estrategia es Tit For Tat “ojo por ojo”