viernes, 26 de octubre de 2012

MATRIX Y EL MITO DE LA CAVERNA.

Para empezar creo que la sala de cine misma es comparable con la caverna de la alegoría platónica. Caverna en la que la película proyectada sería igual a las sombras de la pared, que sus habitantes confunden con la realidad. 
El espectador se encuentra dos horas “ encadenado “ a la butaca, viendo como real u8na proyección de luces, sombras, colores en movimiento, y sonidos, que aunque salen de los parlantes y el proyector, parecen venir de la pantalla. 
Su creencia en la realidad de lo que ve y oye durante el desarrollo de la película es tan fuerte, que provoca sentimientos que pueden derivar tanto en lágrimas como en carcajadas. 
Incluso, como los habitantes de la caverna, que se niegan a vivir la realidad ante la insistencia del filósofo, hay mucha gente que vive sus experiencias amorosas, las aventuras de la vida, los viajes, la sofisticación, etc., a traves del cine, mientras que su vida real se torna rutinaria y anodina. 
En cuanto a paralelismos entre películas de cine y el mito de la caverna, hay un par interesantes para comparar, por ejemplo “ The Truman show “, y la poco difundida “ Ciudad en tinieblas”, donde el mundo real en que vivimos es un ficción producida por extraterrestres, con el objetivo de mantener a la colonia humana controlada, ( cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia ). 
Pero la película que prefiero comparar al mito, es “ Matrix “ , de los hermanos Wachowski. 
En dicho filme tenemos a la caverna representada por una colmena gigante, en donde los cuerpos de toda la humanidad, encapsulados y abastecidos de alimentos y oxígeno necesarios para la subsistencia, son mantenidos vivos para usar su energía. La comparación del ser humano con una pila es sobrecogedora. 
Para que las personas no despierten, al vivir ajenos a su naturaleza, se les implanta un programa llamado “ Matrix “, que consiste en una falsa vida real, que equivaldría a las sombras proyectadas sobre la pared de la caverna. 
Aquí aparece el filósofo, el que viene del mundo real, desde la contemplación de la verdad, a mostrársela a uno de los habitantes de la caverna, “ el elegido “, para que este combata a las máquinas, y poder devolver a la realidad a toda la humanidad. 
El filósofo es Morfeo, y el habitante de la caverna elegido es Neo. 
El camino de Neo hacia la Verdad es difícil y duro como la salida de la caverna. En él Neo debe tomar una pastilla, que representa su decisión de conocer esta única Verdad, a la que llega luego de ser “ desenchufado “, y de largos padecimientos físicos. 
Tenemos también en Matriz al personaje que conoce la Verdad, y prefiere la comodidad que le proporciona seguir viviendo en un mundo irreal, pero seguro. Es un personaje al cual voy a llamar “ el pelado “, ya que no recuerdo su nombre. 
“ El pelado “ traiciona a sus compañeros ante las promesas de los agentes del poder , de ser el mejor, ( como diríamos en la caverna ) , en este mundo falso. 
Con todo esto podríamos rebautizar a la película como “ La alegoría de la Matrix “




EL MITO DE PROMETEO


Cuenta la mitología griega que Prometeo, osado Titán al que gustaba
provocar la ira de Zeus, llevó a éste a tal punto de cólera que terminó por quitar
el fuego a los hombres. Esperaba así castigar indirectamente a Prometeo, el
cual se consideraba benefactor de la humanidad.
Pero Prometeo, que gustaba presumir de astuto, entró sigilosamente en
el Olimpo, robó tan preciado tesoro del carro del dios Sol y, sin perder tiempo
alguno, lo devolvió a los desamparados mortales.
Zeus, convencido de que debía castigar tanta burla, mandó llamar a
Hefesto y le ordenó que creara una mujer hecha de arcilla. Una vez que estuvo
terminada, le dio vida y la envió con Hermes, dios de los viajeros, ante
Epimeteo, hermano de Prometeo. Esta mujer, llamada Pandora,   llevaba con
ella una caja llena de terribles males que jamás debía de ser abierta.
Prometeo intentó en vano que su hermano se alejara de cualquier cosa
que proviniera de los dioses, pero  Epimeteo se había enamorado
perdidamente y quiso desposarla.
Pandora, que había sido creada con virtudes y también con grandes
defectos, abrió la caja prohibida y los males se extendieron por el mundo. Ya
Zeus había conseguido vengarse de los hombres.
En cuanto a Prometeo, lo mandó Zeus capturar para ser encadenado
por Hefesto, dios del fuego y de los metales forjados, a un alta montaña donde,
cada jornada, un águila hambrienta le devoraría el hígado. Como era inmortal,
el órgano le crecía de nuevo, así que cada noche volvía tan cruel depredador a
comérselo, con lo cual el sufrimiento era inimaginable y eterno.
He aquí que  Heracles, que pasaba por allí rumbo al  Jardín de las
Hespérides, lo liberó derribando al águila con una poderosa flecha. Esta vez a
Zeus le pudo más el orgullo por la hazaña de su hijo Heracles que el rencor
que anidaba en su pecho, así que no persiguió más a Prometeo.
Eso sí, le obligó a llevar, durante toda la eternidad, un anillo en el que se
erigía un trozo de la roca a la que tan terriblemente estuvo encadenado.